Por Lexter Oliveros
En Latinoamericanos Unidos
En Latinoamericanos Unidos
Cuando llegamos a Sololá tuve el agrado de conocer a Ángel Poyon. Joven pintor de Comalapa. Me contó de la gran sorpresa que se llevó al ganar el Juannio, y que su trabajo es de línea directa con los primeros pintores del lugar, que además son famosos. Tití iba vestida con un corte rojo fuego, una blusa blanca de hilo, una chacana con los cuatro puntos cardinales del cielo, y en la mano su cámara de 3.5 megabites. En un momento, se metió entre toda la gente hasta llegar a la primera fila, y luego la vi perderse y saludar a su gran amiga Rosa Chávez en el escenario, poeta y organizadora, que conocía directamente a la familia Guarcax. Radio Ati cubría el evento por radio y televisión, así como varias televisoras independientes, entre ellas TVMaya. Carteles de colores con la fotografía de Lisandro Guarcax adornaban el frente del escenario. Puede ver, desde la grada, atrás de todo el mundo, las diferentes bandas de Hip Hop y Rock que cantaban en kaqchikel o tzutuhil. Jessica Masaya y Ranferí Aguilar se acercaron a saludar. Horas después pude darme cuenta que el proyecto Hacedor de Lluvia es fabuloso. Hacía entrar en trance cósmico a todos, y esa intervención, de una canción que llevaba el nombre del proyecto, interpretada sin un instrumento, más que sonidos del cuerpo y un par de bolsas plástica.
También cantó Neco de La Tona que andaba con un sombrero de Indiana Jones y una sacola larga como de asesino de vampiros.
También cantó Neco de La Tona que andaba con un sombrero de Indiana Jones y una sacola larga como de asesino de vampiros.
Esperamos mucho para ver en vivo al Grupo Sotz'il. Ya Tití me había hablado mucho de ellos, pues también los conocía de antes. Eran casi las cuatro de la tarde. Una nube gris cubría todo. Desde donde estábamos podíamos ver muy bien los barriletes gigantes del escenario, a la Rabín Ajaw presentando al grupo y, en eso un estruendo. Sin palabras. El latir del corazón del tambor.
Instrumentos hechos por ellos mismos para la guerra. Tambores de varios tamaños. Sonidos de pájaros buscando su rama, jugueteando antes de anunciar la noche. Tambores bombos que sonaban entramados al final del grito. Grito prolongado de animales terrestres iracundos, reclamando con sus colmillos, garras y estridencias sonoras la devolución de su propia paz, de cada pedazo iluminado de su hermano muerto por las manos de la injusticia. Tambores sonaban con fuerza. Sonoridades variables. Se acostaron al suelo, se hincaron, no dijeron una sola palabra en el furor de la tarde nublada. Pude presenciar la furia interior como un ritual para matar con su arte de luz a las sombras de la memoria. Lisandro miraba el fuego y el lago como en sueños y cada tambor y cada sonido del grupo lo hizo presente como un manojo de luchas gritando siempre como un chisporroteo del fuego. Fuimos a dar el pésame a los padres de Lisandro y me di cuenta que ahora, como por encantamiento, el papá se parece tanto a Lisandro y no al revés.
El embajador de Noruega Lars Vaagen. Un hombre alto, parecido al actor Jean Dean, caminaba por la calle distraído, sin guardaespaldas ni parafernalia, que hasta pasaba desapercibido. Cuatro meses antes, un grupo de artistas guatemaltecos fueron a Noruega a un festival, que imagino grandioso, después de lo que presencie. Lisandro Guarcax iba en el grupo que fue a Noruega. Supe que el embajador estaba apoyando a la familia. Estaba con ellos desde un día antes del festival Tu Corazón Florece.
Todo se desarrolló de una forma hermosa. Yo no lo conocí, pero me adherí a su memoria y su arte. Tu corazón florece en cada sonido de tambor y citara nativa de Sotz´il amigo Lisandro.
Todo se desarrolló de una forma hermosa. Yo no lo conocí, pero me adherí a su memoria y su arte. Tu corazón florece en cada sonido de tambor y citara nativa de Sotz´il amigo Lisandro.
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