viernes, 11 de marzo de 2011

Oxlajuj B’aqtun

Por Juan D. Oquendo


Hoy y mañana se presenta Grupo Sotz’il con una danza que transmite el conocimiento de los abuelos y abuelas sobre el fin del Calendario Maya en 2012.

Los abuelos y abuelas tienen el conocimiento, portadores de sabiduría Maya, desde la época prehispánica. El trabajo de los jóvenes: aprender, interpretar, y luego transmitir. Con esta empresa se presenta Grupo Sotz’il con la danza Oxlajuj B’aqtun, en el marco del XI Festival Internacional Paiz. Hoy y mañana, a partir de las 20:00 horas, las Ruinas de la Recolección, en Antigua Guatemala, servirán de escenario para una obra de baile y música mayas. La admisión es desde Q80. Entradas a la venta en Todoticket.com.
El Grupo Sotz’il es una agrupación de jóvenes que forman parte del Centro Cultural Sotz’il Jay, fundado en 2001. Desde entonces, estos muchachos se han dedicado a la investigación, formación y fomento del arte Maya. Su principal objetivo ha sido el de reivindicar la sabiduría artística ancestral prehispánica a las nuevas generaciones, fortaleciendo y desarrollando la cultura Kaqchikel. 

Trece B’aqtun 

Un B’aqtun es un período en el Calendario Maya, con sus distintas medidas: Q’ij (1 día), Winal (20 días), Tun (360 días), K’atun (20 años de 360 días) y B’aqtun (400 años de 360 días). Esta medida del tiempo, además de ser la más precisa en el mundo, es cíclica, con períodos de 5 mil 200 años, que acaba en 2012. Para dicho año, en el solsticio de invierno –es decir, el 21 de diciembre en el calendario gregoriano– termina la era de los hombres de maíz, descrita en el Popol Wuj.
“Nos interesaba un punto medular y dimos con este a través de entrevistas con guías espirituales, abuelos y abuelas y bibliografía”, comenta Victor Barillas, director artístico de la obra. Muchas teorías han surgido, hasta una película –la catástrofe mundial en 2012– mientras que otros niegan que suceda algo fuera de este mundo, “pero sí hay una relación en todas las ideas sobre el cambio que tiene que ver dentro del ser humano después de 2012”, afirma Barillas.
“Ha habido personas y situaciones que se han aprovechado de eso y definitivamente en su mayoría han sido amarillistas. Y el pensamiento Maya no es así, es cíclico, no hay un fin, no es tan vertical como las religiones evangélicas y católicas”, dice Barillas. Así es como la tradición oral salta a las tablas, al baile, a la música, para que sus símbolos lleguen al público.
Según Grupo Sotz’il, en los últimos años se ha visto un desequilibrio total en el mundo, por eso, el fin del calendario, no representa el fin del mundo tal y como lo conocemos. Se habla sobre la luz y la oscuridad, esa dualidad que cambiará el próximo año con una época de claridad, el retorno del equilibrio. Y por equilibrio se entiende no solo una casualidad astrológica o numérica, sino un cambio de las energías del cosmo, las relaciones entre el humano y la tierra, las estrellas y los planetas.
Pero, ¿cómo hacer que el conocimiento ancestral de los códices, de los abuelos y abuelas, llegue a la gente? A través de símbolos, digamos convencionales, con los que los guatemaltecos estén familiarizados. La obra se centra en un punto del Popol Wuj: cuando los gemelos Jun Ajpu’ e Yaxb’alamkej se enfrentan a los señores de Xib’alb’a’, antes de que amanezca, antes de que los dioses creen al hombre de maíz. “Partimos de los personajes más conocidos y los relacionamos. A través de eso tratamos de llevar ciertos códigos para que el público entienda ciertos símbolos muy nuestros y otros más universales”, finaliza Barillas.
Oxlajuj B’aqtun es arte Maya, un medio integral que combina arte escénico, tejido en el vestuario, parlamentos en Kaqchikel, y música y danza espirituales. Grupo Sotz’il dedica esta obra a Lisandro Guarcax, guía y fundador de Sotz’il Jay asesinado brutalmente el día Oxlajuj B’atz’ (25 de agosto de 2010). Y, por supuesto, a los abuelos y abuelas, portadores del conocimiento.

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