miércoles, 30 de marzo de 2011

Guatemala: impunes, agresiones a defensoras de DH


Lisandro Guarcax y Emilia Quan, son dos de los ocho defensores de Derechos Humanos (DH) asesinados en Guatemala en 2010, informó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), Navy Pillay, quien contabilizó 250 ataques en contra de activistas, a la vez que señaló que el Estado no ha fortalecido las medidas de protección ni prevención de agresiones.

En su informe anual, Pillay apuntó que los grupos defensores de DH, líderes sindicales e indígenas, ambientalistas, periodistas y defensores de los derechos de la juventud, son más vulnerables ante los ataques a su labor.

El asesinato de Leonardo Lisandro Guarcax, indígena promotor de derechos culturales, en el departamento de Sololá, el 26 de agosto de 2010, demuestra cómo aquellos que defienden la tradición y el arte maya son objeto de ataques.

A su vez, el secuestro y asesinato de Emilia Quan, socióloga e investigadora del CEDFOG en el departamento de Huehuetenango, refleja la inseguridad y la violencia sufrida por las y los defensores de DH, recalcó la Alta Comisionada.

Activistas del medio ambiente, entre ellos miembros de la ONG Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala (CALAS), y la Fundación Pro-Petén, fueron víctimas de amenazas y violaciones de derechos por defender áreas protegidas, exigir gobernabilidad y justicia socioambiental, transparencia y desarrollo sustentable.
Las y los periodistas también fueron blanco de ataques: durante 2010, la Unidad de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP) recibió 27 denuncias relacionadas con amenazas, coacción, lesiones y otros ataques en contra de informadores.

En su reporte, Pillay señaló que la violencia en Guatemala tiene un impacto negativo en los defensores y defensoras de DH. Explicó que actores no estatales como grupos de vigilancia, empresas de seguridad privada y el crimen organizado constituyen una amenaza creciente para la seguridad de los defensores, en particular cuando su trabajo amenaza los intereses de estos actores.

La Alta Comisionada manifestó su preocupación por la percepción equivocada que existe de algunos sectores de la sociedad guatemalteca, de que las y los defensores de DH defienden a delincuentes: “Es crucial que el Estado envíe un mensaje claro reconociendo la importancia del trabajo que realizan”.

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