Por Javier Payeras
Mi credo: Creo en Joaquín Orellana, genio creador de nuevos sonidos para un país que no cicatriza. Creo en Carlos Mérida, filósofo del color que encubre cualquier silencio y cualquier vacío. Creo en Luis Cardoza y Aragón, porque nos dio un nombre y nos dio palabras y nos dio un espejo para reflejarnos. Creo en Roberto Cabrera, en su integridad intelectual y en su compromiso con el arte.
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Creo en Isabel Ruiz y en Luis González Palma y en Moisés Barrios, por hacer ese episodio memorable llamado grupo Imaginaria. Creo en los jóvenes artistas de San Pedro La Laguna y de San Juan Comalapa. Creo en Luis de Lión y en Francisco Morales Santos y en Isabel de los Ángeles Ruano y en Margarita Carrera y en Luz Méndez de la Vega y en Ana María Rodas y en Roberto Monzón, los poetas, los nombres que nos nombran.
Creo en mis amigos escritores y artistas que traen consigo un futuro más humano. Creo en los intelectuales que no llegaron a ver el presente porque el pasado —que quiso silenciarlos por la violencia— no pudo contra su espíritu.
Creo en Lisandro Guarcax y en el grupo Sotzil Jay. Creo en todos aquellos que buscan sacarnos de esta noche eterna y nos traen de nuevo la luz.
Creo en el Pop Vuh, en El mundo como flor y como invento y en todos los verbos de este lado del planeta. Creo en el valor de dar el primer paso y de dar la primera palabra al frente. Creo en quienes nos conceden una esperanza común, algo de aire fresco en medio de tanta soledad histórica y de tanto fracaso.
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