domingo, 18 de marzo de 2012
“Su hija tenía cinco días de nacida”
“Un nieto de 4 años y una bebé de cinco días de nacida es lo que me quedó de mi hijo. Estábamos felices pero no duró mucho, pues la noticia de su muerte nos destrozó”, relata Anastasio Guarcax, padre del artista y maestro Leonardo Lisandro Guarcax González, quien murió a manos de los Pujujiles, el 30 de agosto de 2010.
Sentado a un costado del altar fotográfico donde yacen las fotografías de familiares difuntos, Anastasio acaricia la foto de Lisandro, cuya brillante trayectoria artística fue truncada por la banda criminal, que lo asesinó pocas horas después de haberlo secuestrado.
“El fundó la asociación Sotz’il Bay desde muy joven; se dedican al teatro-danza con cosmovisión maya.
“Recuerdo ese día. El calendario marcaba el Oxlajuj Baj —13 hilos— que significa un día de energía muy alta. Esa tarde mi hijo celebró una ceremonia espiritual. Me invitó y asistí junto a su hijo de 4 años”, cuenta.
“Al terminar la ceremonia me abrazó, lo tengo tan presente. Por la tarde salí a hacer un mandado y me prestó el picup porque llovía y no quería manejar la moto, le di las llaves del carro y no lo volví a ver... con vida.”
Con voz quebrada prosigue: “Por la noche ingresó una llamada la celular, pensé que había tenido un accidente, pero era un hombre que dijo —tenemos a tu hijo y si lo quieren volver a ver con vida tienen que pagar Q500 mil—
“Esa cantidad estaba fuera de nuestro alcance, pero le dije que respetaran la vida de mi hijo. Tuvimos mucho miedo en qué hacer, pese a que dijeron que no teníamos que denunciar fuimos a presentar la denuncia, pero la gente de la Deic dijo que no había personal y que necesitaban pedir refuerzo a la capital pero hasta las 11 de la mañana, del siguiente día, cuando apareció el cadáver de Lizandro. “Encontramos el cuerpo de mi hijo con un rótulo que decía ‘por secuestrador’”, resaltó Anastasio.
El padre de Lisandro cuenta cómo la felicidad del nacimiento de su nieta cinco días antes de su muerte, se frustró. “Todo se opacó, sin embargo a la fecha la bebé reconoce quién fue su padre. Él quería expresar lo que sentía por su pueblo. Él buscaba un desarrollo cultural en Sololá, pero su sueño fue truncado por unos asesinos”.
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